¿Cuántas veces nos podemos equivocar?
y ¿cuantas veces aprendemos realmente de los errores?
Al final del camino, cuando miremos hacia atrás quizá veamos algo. Todo aquello que se nos escapo de las manos, ya por cansancio ya por descuido, y que por pereza ni nos agachamos a cogerlo.
A esas personas que siempre caminaron a nuestro lado, a esas otras que también lo hicieron y ni si quiera miramos, a aquellas que empujamos fuera y que al ir a buscarlas ya no estaban.
Veremos las veces que retrocedimos para ir a buscar la piedra que una vez más nos haría tropezar.
Cuanto cansancio, cuantas lagrimas y las risas que nos empujaban para avanzar.
Un camino y nosotros en el, dos ojos y una manera de ser. Diferentes personas, un mismo camino.
A veces vuelve ese sentimiento de nostalgia porque pensé que tu también volverías. Han pasado los meses y aun te sigo esperando. Todavía no entiendo porque te marchaste, nunca lo entendí y eso que pensaba que escuchaba incluso tus silencios. Pero esta vez no. Esta vez fuiste una desconocida. Tapaste tu identidad y quemaste el pasado con todos sentimientos y recuerdos. Pero sobre todo las sonrisas. Las tuyas y las mías. Y yo te sigo esperando y no se por qué. A veces el rencor envenena el amor y lo convierte en odio y la comprensión se limita a huir y el corazón no tiene nada que hacer. Que incierto fue el deseo de pedir un lugar en la eternidad, pero mas incierto es decirte que aun te lo guardo. Quisiste conocer el infinito y te perdiste en el vacío. Y de ahí solo puedes salir tu sola. No es imposible pero cada vez olvidas mas donde te encuentras y cuando perdemos la orientación vagamos p...

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