En linea recta alcanzo el horizonte y en el camino me entretengo con los reflejos que me traen a la memoria tantos momentos vividos a tu lado.
Fuiste mi fuente de inspiración durante largo tiempo por eso te debo mucho, pero todavía me queda camino que pisar, historias que pensar, sueños que inventar.
Y ahora que no estas no puedo olvidar que el mundo es muy grande y solo se necesita un puñado de ilusión para recorrerlo.
Desde mi ventana se ve el mar y cada huella que dibuje cuando caminaba hacia el sol. Ahora espero que la marea no se las quiera llevar y que al menos te quede el recuerdo de tu luz en mis pupilas.
Y al mirarlo siempre lo veo distinto, porque nunca es el mismo, siempre tiene algo que decir para quien lo quiera escuchar. Cada día me enseña tanto que ya siento la nostalgia de tener que abandonarlo.
Veo el mar y en el cristal el reflejo de unos ojos. Ya no se si son los míos o tal vez los tuyos. Lo que no puedo olvidar es que la ventana me pertenece y a través de ella... echas a volar.
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