Me paro en frente de tus ojos y vienen los recuerdos.
La imagen se vuelve color sepia. Tu te ríes.
Pero esa es mi descripción de como viajo al pasado.
Todo pierde color, pero guarda su calor.
El tiempo envejece las cosas materiales pero no el alma, ni los recuerdos, ni la ilusión, ni el amor.
Aquel banco nos vio crecer, vio madurar esta amistad.
Durante un año creyó que todo había terminado.
Pero un día las lágrimas brotaron de nuevo y con cada una una frase de arrepentimiento, de perdón, de dolor, de desesperación.
A lo que solo cabía una respuesta, la que siempre escuchaste:
"solo quiero que seas tu de nuevo, no me voy a ir".
Ahora aquel lugar puede estar seguro que seguirá apareciendo en color sepia durante muchos años.
La intensidad de esos años fue tan grande que grabó a fuego cientos de instantes vividos como si fuesen soñados.
Hablo en pasado pero el presente existe, y continua.
El libro que comenzamos tenia muchas hojas en blanco.
Escribimos en presente pero damos pinceladas en sepia. Son necesarias para seguir volando; me traen tantas sonrisas que debo darlas, aunque tu sigas sin manejar el color.
No pasa nada, a veces solo necesito una palabra o una mirada y de nuevo vuelvo al pasado para caligrafiar este momento.
¿Vas entendiendo mi juego?
No es tan complicado, pero no funcionaria si no estuvieses.
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