Podemos llegar a querer tanto a las personas que un hilo de acero une los corazones. Incapaz de cortarlo pero cuando la distancia los separa el dolor que produce el tiron por ambos lados es tan fuerte que sientes que se desgarran. Hay cosas que nadie te dice o te puede decir o decirtelo de esa manera como aquellas personas. Hay gente que solo ella puede leer en tu alma incluso en la oscuridad o escuchar cuando tu voz se desafina sin a penas pronunciar palabra. Tan solo algunos te enseñan el lado invisible de las cosas. Y eso es lo que permanece. Pero con cada instante se refuerza el hilo y con cada recuerdo se tensa en la medida que aumenta la distancia. Quisiera poder decir que no quiero hilos de acero, quiero una cuerda fina y sobretodo elastica, que no duela al estirarse porque dos almas se deben alejar, que no arranque sonrisas que deslizan lagrimas incontrolables. Mas bien preferiria que no se hubiesen inventado los hilos. Pero esas personas que te enseñan el lado ...